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sábado, 1 de enero de 2011

Lecciones a aprender

EDITORIAL DE HORIZONTE SUR DEL SABADO PRIMERO DE ENERO DE 2011 EN LA AM 690

Este es nuestro último programa del año 2010 y a la vez el primero de este año 2011. Es propio de todo final de una etapa, en este caso la finalización del año y el umbral del nuevo que comienza, un intento de hacer memoria y tomar conciencia de los sucedido, de retrotraerse a lo acontecido para analizarlo, de sopesar las experiencias e intentar un balance de lo positivo y de lo negativo que nos queda, siempre en el ánimo de mejorar, de superarse, de corregirse y de optimizar la capacidad de hacer que cada uno tiene y que nosotros tenemos como grupo, como corriente de pensamiento, como trinchera que resiste el embate de las corporaciones globales y de sus socios nativos. En principio, convengamos que no ha sido un año fácil… aún no terminaban las primeras semanas del verano, que dicen algunos que en la Argentina es un tiempo en que no pasa nada importante, fue a fines del mes de enero, cuando nos echaron de la radio pública… no fue la derecha, aclaremos, no fue la derecha la que nos censuró de manera bárbara e intempestiva, fue gente que hasta avanzados los años ochenta militaban en el PRT ERP y que luego trabajaron largamente en el diario Clarín… Cuando la izquierda ocupa el lugar en que habitualmente suele estar la derecha, sus acciones represivas son infinitamente más inteligentes y crueles. Nos echaron en medio de las vacaciones, cuando la atención ciudadana se encuentra habitualmente relajada y el común ha bajado la guardia, nos echaron luego de más de cinco años y medio de programa, sin darnos lugar siquiera a despedirnos… no hubo posibilidad de mayores resistencias, algunos oyentes se enteraron dos meses más tarde de lo sucedido… Pero no caímos y aquí estamos, con las banderas bien en alto como siempre, estamos nuevamente en el aire y multiplicados por numerosos amigos que nos replican en diversos espacios del territorio…

Reconozcamos que ha sido un año difícil, un año en que lo que más se impuso fueron las políticas del simulacro, los dobles discursos y la simulación constante. Hubo enemigos recreados según el momento y según las necesidades, y esos enemigos se sucedieron como las sombras chinas unos detrás de otros, mientras las grandes corporaciones vaciaban el territorio y nos sometían a los nuevos colonialismos del siglo XXI. Clarín y la Nación por una parte, como para sostener el armado de una ley de medios que nuestra propia experiencia en la Radio Nacional exhibía como falsaria y tramposa; siempre la Mesa de enlace cada vez más y más disminuida, pero útil para los chisporroteos propios de la falta de políticas agrarias; el Bicentenario como oportunidad extraordinaria para volver a equivocar los enemigos del siglo XX o sea la Sociedad Rural de aquel entonces, con los actuales, y naturalizar a los grandes sojeros amigos del poder como Grobocopatel y Elsztain, devenidos Corporaciones Transnacionales; más tarde Mirtha Legrand y por fin Macri, que siempre pareciera estar a la mano como el negro aquel del parque de diversiones a los que le tiraban tres pelotas por un peso…

En medio del simulacro, además y como si los múltiples escenarios no fueran suficientes, la tragedia de la muerte súbita luego de una discusión con Moyano por causa de Pedraza y de la muerte de una activista universitario. Una vez más quedará expuesto lo que persistimos en no ver ni en darnos por enterados, que no podemos llevarnos el poder acumulado y las cajas de caudales para el otro lado… La muerte de Néstor fue no obstante, una ocasión extraordinaria para la pasión necrofílica de los argentinos. Hasta sus más duros adversarios lo reconocieron como el gran estadista que nunca fue ni pretendió ser, y convencidos que la memoria de nuestro pueblo es corta, se sumaron al carnaval de las pantomimas y de los travestimientos, como para sacar algún rédito de aquel mar revuelto del duelo oficialista, tener un oportunidad de consolar o de acercarse a la viuda, o acaso mojar en el milagro televisivo de miles de jóvenes que, tal vez por haber pasado muchos por el menemismo, redescubrían el sentido de la militancia progresista con el kirchnerismo. De los miles de millones de pesos mensuales destinados a alimentar esos apasionados fuegos militantes, en esas tantas agrupaciones sociales siempre bien dispuestas a manifestarse a favor del gobierno o del modelo, pocos hablan… Del gigantesco aparato asistencial y clientelar montado después del 2001 de manera artesanal con el duhaldismo y convertido ahora en una maquinaria implacable y a una escala desmesurada, tampoco se habla, porque en la realidad se lo ha naturalizado. Para la presunta dirigencia política esos datos son como esos secretos de familia que se esconden en los largos silencios y en los gestos crispados de las reuniones familiares. Para muchos de nosotros que vivimos en los cordones periurbanos son en cambio, al menos durante las primeras semanas de cada mes, la durísima realidad de las colas interminables en que se expone públicamente la Argentina profunda. Desde que se inició el mes de diciembre, los dos bancos de la localidad en que vivo y sus cuatro cajeros han estado durante días y días, colapsados. La multitud proveniente de los barrios periféricos y de condición de vida extremadamente humilde, ocupa cada día en paciente espera toda la cuadra y la cola suele tener un ancho considerable, además, muchos participan en familia y se van turnando para resistir las horas de plantón. Para peor el dinero suele terminarse y entonces ocurre que la gente previamente resignada, aguarda pacientemente durante largo tiempo, la llegada de un camión pagador. Uno de esos días, estando en la zona céntrica de Marcos Paz presencié un hecho sorprendente y memorable. Hubo de pronto un fuerte griterío y una ovación que fue rematada con largos aplausos de la multitud que colmaba las veredas de la cuadra. En medio de grandes medidas de seguridad y policías que se desplegaban, había llegado un camión blindado con nuevos fondos. La multitud comenzó a corear una consigna nunca escuchada todavía, al menos por mi, y seguramente acuñada en medio de las emociones del momento: pla…ta, pla…ta, pla…ta.

Aquellos acontecimientos fueron anteriores a la ocupación del parque Indoamericano. Seguramente, estas situaciones de desborde son alentadas por los punteros que responden a las rencillas de la cúpula, no obstante, expresan siempre el abismo existente entre las necesidades del común y los pensamientos y las convicciones de los que gobiernan… Nuevamente, la presunta dirigencia y los comentaristas mediáticos evitaron referirse a las causas profundas de esta terrible catástrofe de hacinamiento y de favelización a la que se nos viene acostumbrando. Las escenas de violencia que los argentinos presenciamos gracias a la televisión en esos días en que, debido a la ausencia del Estado, los grupos quedaron librados a su suerte y a realizar justicia por su mano, difícilmente se borren de nuestra memoria. Esas imágenes nos ayudarán a recordar que somos un continente mestizo y con una enorme carga de violencia. Que, tal como siempre nos recordaba Rodolfo Kusch el gran pensador americano, por debajo de una frágil nata de lava enfriada sobre la que asentamos nuestra presunta modernidad, y nuestras ridículas certezas sobre el progreso y el crecimiento, bulle el volcán de la América profunda. Que la cercanía del abismo sirva al menos para hacernos bajar la soberbia, y para que dejemos de anunciar tal como se hace, los términos de crecimiento bruto como éxitos, cuando este año habrá sido justamente Paraguay, quien más ha crecido por encima de todos sus vecinos. Y sabemos que Paraguay esta sufriendo gracias a la sojización que alguna vez le exportamos ilegalmente como bolsa blanca, una gigantesca y espantosa catástrofe económica, ambiental y también humana, y que millones de paraguayos están emigrando hacia la Argentina en busca de un lugar dónde vivir y escapando a la contaminación que mata los niños en los vientres de las madres…

Este año que terminó registra asimismo dos situaciones de extrema importancia en los procesos globales de las Corporaciones transnacionales, y en ambas estuvo implicado el actual gobierno progresista y en ambas estuvimos asimismo nosotros como GRR denunciándolos y señalando la necesidad de que nos descolonicemos. Uno de ellos fue la gran convocatoria realizada por los Agronegocios en la ciudad de Ginebra a los capitales de riesgo y particularmente a los inversores rusos y árabes, para acompañarlos en el acaparamiento de tierras en el Cono Sur y particularmente en la Argentina, para la producción de comodities y de energía proveniente de la agricultura. Detrás de la convocatoria descubrimos la presencia de grandes sojeros como Elsztain y Grobocopatel, ahora concertados y además, devenidos ahora, al unirse a otros grupos financieros, en enormes corporaciones transnacionales. Es penoso que mientras nosotros estuvimos señalándolos en Ginebra, así como, cuando volvimos presentando en Conferencia de prensa, las pruebas de lo que significaba el acaparamiento de tierras que preocupa al mundo, no hubo ningún dirigente de la oposición o acaso algún grupo significativo de la izquierda que se acercara siquiera, al menos para informarse. Evidentemente el tema no les interesa y están conformes en persistir señalando como enemigo a la Sociedad Rural, mientras continúan siendo funcionales al Poder Corporativo transnacional…

La otra situación que deseamos señalar, se remonta a principios del año 2009 y refiere a uno de los tantos intentos de Monsanto de lograr el aval del Vaticano para presentar a los OGM como una solución al hambre del mundo. Ocurre que Monsanto puede comprar a cientos de Institutos de investigación y a miles de técnicos, pero hasta el momento no ha conseguido el aval moral de ninguna de las Iglesias. Monsanto tiene todo el poder material pero necesita la palabra y el respaldo de algún dignatario de la Iglesia. Lo ha intentado muchas veces, presiones, lobby, sínodos específicos, todo le ha salido mal, el Vaticano no ha querido tomar posición sobre las semillas transgénicas. En el 2009 no obstante tantas derrotas, llevaron a cabo el intento más audaz de todos los habidos, reunieron algunos científicos famosos, muchos ejecutivos y hombres de Monsanto en un seminario sobre plantas GM, aprovechando que en un área de ciencias de las Academias Pontificias, hay alguien a cargo sumamente permeable a los discursos de la empresa, nos referimos a Monseñor Sanchez Sorondo, por supuesto argentino. Contando con el respaldo indudable de nuestro Gobierno consiguieron que expusiera como disertante estrella el representante de la Secretaría de Agricultura Moisés Burachik y que refiriera los presuntos éxitos de la Argentina en cuánto a resolver las propias inseguridades alimentarias de la población. Como se verá, un claro montaje donde nada es verdad sino en apariencias y donde la quinta columna de la empresa dentro del Vaticano se esforzó por no ser demasiado publicitada en sus acciones a tal punto que el programa en la Web, solo se encontró en inglés, que nuestro Embajador en el Vaticano no fue informado del acontecimiento y que nunca se respondieron las cartas que enviamos solicitando participar o ser informados de lo resuelto. Nuestras denuncias numerosas, tanto en Radio Nacional como a los Obispos y al Nuncio no dieron en aquel momento, mayores resultados, aparentemente nadie conocía del tema o se le restaba importancia al asunto.

Un año y medio más tarde, las conclusiones de aquellos supuestos expertos en OGM que se reunieran en las Cortes Pontificias, fueron dadas a conocer con aparente seriedad académica, a través de publicaciones de ciencia y Biotecnología, dando a entender que el Vaticano habría tomado por fin, posición en el tema, en esta ocasión, respaldando a los transgénicos como solución al hambre del mundo. En realidad no se trataba más que de uno de los tantos encuentros científicos habidos en las Cortes pontificias, pero el operativo estaba consumado y la prensa mundial difundió la noticia como buena. Poco importaron las inmediatas declaraciones del vocero del Papa explicando que no se trataba más que de conclusiones de un encuentro de científicos y no de una declaración oficial, el daño que alguna vez tratáramos de evitar estaba realizado. Una vez más, sorprende la doble personalidad de un gobierno que embarulla a muchos ingenuos con sus discursos progresistas y sus peleas de entrecasa con Clarín o con Macri, y que en el plano internacional es capaz de jugar tan fuerte como ha jugado tantas veces, a favor del libre comercio, de los mercados globales, en respaldo irrestricto a las Biotecnologías y a favor de las Corporaciones como Monsanto.

Y esta justamente, pretende ser la reflexión más importante y el mensaje, en este primer día del año. Porque ha sido el desafío que tuvimos en los últimos meses frente a muchos que renunciaron a la posibilidad de ser lúcidos y cedieron ante la manipulación mediática, no ya de Clarín sino del experto que manipuló mediáticamente, primero el bicentenario y luego el sepelio del expresidente, y de toda la prensa y las radios adictas que son cada vez más y que montan un circo ensordecedor, que obnubila y moviliza contra los enemigos ocasionales del gobierno. En medio de ese circo volver a expresar la voluntad de tener un país libre y con Soberanía parece casi un anacronismo, al menos mientras los gobernadores festejan que China ocupe nuestro territorio y que monte enclaves para la producción de biocombustibles. No obstante ello, hemos persistido en levantar banderas que seguirán siendo minoritarias en un país de falsas mayorías, pero que importa mantener en alto porque son muchos los que las buscan, muchos más los que las necesitan y todavía no son plenamente conscientes de ello… Alguna vez, hace mucho tiempo, el protokirchnerismo a través del Chacho Álvarez renegó de lo testimonial, luego vimos con los años, a qué tipo de espantos de la conducta política y a que tipo de horribles pragmatismos conducían aquellos derroteros. Que nadie nos pida que no sigamos siendo leales a nosotros mismos, que nadie nos pida que dejemos de decir lo que consideramos importante decir, cada vez que podamos pronunciarnos y cuantas veces sea necesario. Es nuestro deseo que el año que comienza hoy sea un año de lucha y que nuestras banderas se multipliquen como un modo de nuevas resistencias, por todo el territorio arrasado por los agronegocios y el modelo sojero. Un abrazo afectuoso a todos quienes nos han acompañado en este año 2010.

Jorge Eduardo Rulli



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